lunes, 3 de septiembre de 2007

Los bomberos alertan sobre el Saltaperico: Pequeño, brincador y venenoso

Caracas, 15 Dic 2005. Joaquín Pereira (ABN).- Al jefe del área de prevención e investigación de los Bomberos de Caracas, Julio Bañez, le alarma la venta en Venezuela de un pequeño y aparentemente inofensivo artificio pirotécnico. Se trata del Saltaperico.

Aunque su venta está prohibida, se puede conseguir fácilmente entre los comerciantes informales que intentan “hacer su agosto” en fechas decembrinas.

El Saltaperico es una pequeña pastilla de color grisáceo que se enciende al roce de una superficie rugosa. Una vez prendido comienza a saltar produciendo ligeras explosiones.

Su movimiento errático es el causante de más de un dolor de cabeza para los cuerpos de bomberos, puesto que fácilmente puede ocasionar un incendio, sobre todo de vehículos que presenten desperfectos en el sistema de conducción de combustible.

Pero aunque el fuego que pueden desencadenar debería por si mismo alertar a los padres que observan a sus hijos “jugando” con estos pequeños brincadores, es otro el motivo que preocupa al mayor Bañez.

Al bombero con más de veinte años de experiencia en el área de investigación de incendios, explosiones y otros siniestros, le inquieta la composición del Saltaperico: El venenoso Fósforo Blanco.

“Este químico es muy peligroso pues produce un daño irreparable al hígado. Los niños raspan las pastillas y luego se llevan las manos a la boca, provocando un proceso lento de envenenamiento”, explicó Bañez.

El lector de estas líneas aún tiene el chance de fijarse en los fuegos artificiales que manejan sus familiares.

La niña Kiara Rojas, quien con apenas dos añitos de edad falleció en la unidad de cuidados intensivos del servicio pediátrico del Hospital Raúl Leoni de Guaiparo, San Felix Estado Bolívar, producto de la ingesta de un saltaperico en las navidades del 2004, ya no tiene esa oportunidad.

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